jueves, 27 de septiembre de 2012

Quien me lo iba a decir...

Y cómo ha cambiado el cuento....,echo la vista atrás y....,casi que aún no me lo termino de creer...
Pero si...,al mayor lo tengo tumbado en el sofá. Al  peque, lo tengo durmiendo en el carro.
Mi hijo pequeño llego sin avisar. A ver....,me explico. Fue buscado. Más que deseado. Pero tanto nos costo que llegará Héctor, que J y yo pensamos que no íbamos a poner medios para empezar a probar y ver si, el hermano de Héctor quería venir.

Por aquel entonces, Héctor tenía 7 meses y medio. Ibamos a matro-natación. Disfrutaba de mi hijo y con él las 24 horas del día.

No le di pecho. Me hubiera encantado. Pero él no mamaba...,tal que así. No movía la boca. Quería que la leche cayera en su boca sin hacer ningún tipo de esfuerzo. Tomo leche materna durante dos meses y pico, porque me la extraía con el sacaleches manual.
Todavía me duele la mano. Y como madre primeriza e inexperta, me deje aconsejar. 

Lactancia Artificial. Mi hijo se crió bien. Algo alto en la curva del peso. Pero bien. La talla era normal.
Dormía con nosotros. Siempre he sido admiradora del colecho. Siempre había soñado con poder dormir junto a mi hijo. Verlo despertar por la mañana. Sentirlo. Su calor, su respiración.
Cuando intentábamos pasarlo a la cuna, era como si lo dejara en un lecho con pinchos.
A mi me encantaba dormir con él. A J. no tanto...Pero accedía. Lo que no se haga por un hijo.....

Héctor empezó a dentear muy pronto. Con tres meses empezo con dos dientecitos de abajo. Al mes y pico con las palas. Enseguida con los dos de al lado de las palas y después con los de abajo...Total que en cuestión de 8 meses tenía un montón de dientes.

Siempre he oido a la gente mayor decir.."quien pronto dentea, pronto hermanea".
Mi última regla fue en marzo. Sergio  había decidido ser el hermano pequeño de Héctor.

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